16 nov 2009

Contracultura e Internet

Para empezar debemos definir contracultura. La contracultura son las formas sociales, tendencias y valores que entran en conflicto con el status quo. Las revoluciones son elementos contraculturales que emergen como un movimiento organizado cuya consecuencia es la infuencia en una sociedad y persiste durante un tiempo. En el caso de Irán y Honduras dicho tiempo no está definido o determinado en su duración e impacto. La contracultura es una forma de manifestación cultural que se presenta como una alternativa al modelo hegemónico.

Pondrémos como ejemplo el papel de la mujer en Irán. Internet ha supuesto una herramienta de liberación para los iranís. Aunque las horas de conexión y la calidad de la misma están fuertemente controladas por el Estado, los jóvenes han encontrado un portal al mundo exterior en éste medio. La represión de la mujer ha sido desde la Revolución Islámica en 1979 un hecho. Las mujeres se deben regir por los valores tradicionales y de dominación masculina en la sociedad. El mercado laboral, aunque se observa cada vez más apertura, ha sido a lo largo de éstos años un ámbito relativamente intocable para las mujeres. Internet y sobre todo las redes sociales abren una ventana de libertad donde las mujeres no tienen que regirse por las mismas reglas que las oprimen en su país. Pueden salir en Facebook sin el velo o en Twitter sin censuras.

Es, en definitiva una forma de ruptura con el localismo. Internet rompe las fronteras y exporta las ideas y las necesidades para el conocimiento. Cómo dice Castells, se eliminan los espacios y el tiempo. La comunicación se puede establecer a tiempo real, sin barreras con un único requerimiento: Internet.

Tal y como se expresa en "Televisión, ¿amiga o enemiga?":

"El desarrollo acelerado de los medios masivos de comunicación trae como consecuencia una apertura de los individuos y de los grupos humanos al intercambio ilimitado de información, la ruptura del localismo y el distaciamiento del entorno inmediato. Es necesario entonces, reconocer la extraordinaria potencialidad instructiva e incluso formadora que ofrece la revolución electrónica al permitir la comunicación intercultural y provocar el descentramiento de los indivuos y de los grupos de sus propios y limitados contextos."